3 de marzo de 2015

LA LEY DE ATRACCIÓN, ES CIERTAMENTE UNA LEY?

Mucho se ha escrito sobre la ley de la atracción; se le ha atribuido un carácter universal, inmutable y hasta omnipotente. Aunque hay una gran cantidad de casos, hechos y observaciones documentadas que tienden a confirmar el postulado general de dicha ley, muchos cuestionan su validez, argumentando que éstas no han sido más que simples coincidencias y casualidades que difícilmente confirman su veracidad o establecen una teoría que explique las causas de los resultados observados. 



Algunas personas dirán que la capacidad de predecir como va a actuar una persona roza lo esotérico, pero lo cierto es que, como veremos más adelante, es posible generar modelos que demuestran la relación existente entre la manera de pensar de una persona, su comportamiento y sus logros.



A pesar de esto, el hecho de que afirmemos que algo es una ley no significa que en realidad lo sea. Una hipótesis no se convierte en teoría irrefutable porque nos aseguremos de  presentarla  usando  un  lenguaje  científico.  


Su  autenticidad  no  aumenta  porque tengamos  cuidado  en  manejar  suficientes  términos  y  expresiones  de  aquellos  que escuchamos con frecuencia en el campo de la ciencia. 

En términos simples, la ley de la atracción indica que nosotros atraemos hacia nuestra vida aquello en lo que enfocamos nuestro pensamiento de manera constante. Lo que sucede en el exterior, a nuestro alrededor o en nuestra vida, no es más que el reflejo de lo que está ocurriendo en nuestro interior. 

Nuestro mundo exterior es un reflejo de nuestro mundo interno, ya que nosotros nos hemos encargado de atraer y crear nuestras circunstancias externas con nuestros propios pensamientos.

Si nuestros pensamientos dominantes están constantemente enfocados en obtener resultados positivos, en nuestras fortalezas o en hábitos de éxito, y nuestras acciones refuerzan dicha manera de pensar, entonces eso será lo que manifestaremos en nuestra vida. 

Si, por el contrario, nuestros pensamientos dominantes están constantemente enfocados en la posibilidad de obtener resultados negativos, en pobres expectativas, o en nuestras debilidades, de igual manera eso es lo que atraeremos hacia nosotros mismos.

La ley de atracción establece que todo atrae su igual. Las imágenes que están grabadas en nuestra mente atraen irremisiblemente lo que representan. Aquello en lo que te enfocas tiende a expandirse en tu vida. Si te enfocas en tus debilidades, verás como éstas parecen ser cada vez mayores. Las personas, oportunidades u objetos que atraemos se asemejan en su carácter al nuestro.

Ahora bien, la pregunta es si lo que postula la ley de la atracción es en realidad una ley,   una   hipótesis,  un modelo   utilizado   para   describir   ciertos   aspectos   del comportamiento humano, o una simple conjetura. 

Para resolver este interrogante debemos primero entender que los términos modelo, hipótesis y ley tienen significados distintos en la ciencia de los que comúnmente solemos darles.

Los científicos utilizan el término modelo para referirse a la descripción de algún fenómeno, evento o hecho observable El objetivo de dicha descripción es presentar una teoría o hipótesis que explique el cómo y el porqué de dicho fenómeno.

De esta manera podremos entonces someterla a prueba por experimentación u observación y utilizar los resultados para realizar predicciones sobre eventos similares. Una hipótesis es una proposición o afirmación provisional y exploratoria sobre la veracidad o falsedad de un concepto, que aún no ha sido confirmada o descartada por medio de la experimentación.

Por su parte, una ley científica es una proposición científica confirmada que afirma una relación constante entre dos o más variables. El diccionario de la Real Academia Española de la lengua la define como: "regla y norma constante e invariable de las cosas", y define la expresión ley universal como una ley que es válida cualquiera que sea la naturaleza de los cuerpos, a los que se aplica.


Basado en lo anterior, es posible poner a prueba y verificar la validez de los postulados presentados, la ley de la atracción y las proposiciones particulares derivadas de ella, podemos concluir que, lejos de ser una simple conjetura o hipótesis, la ley de la atracción es ciertamente una ley.

Fuente: Dr. Camilo Cruz



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