No existe la realidad. Existe tu realidad. ¿Te suena extraño?. Lo cierto es que el nuevo modelo de la Física así lo confirma. Estamos acostumbrados a pensar en términos del viejo paradigma de Newton, donde la materia era materia, la energía era sólo energía y lo único real era el universo físico. Después de la Teoría de la Relatividad, la Mecánica Cuántica y el estudio de la consciencia, la ciencia mira todo lo que existe con otros ojos. Casi los mismos ojos que usa un místico. El nuevo modelo nos dice que todo es energía.
El Universo entero es un gigantesco océano de energía, vibrando a distintas frecuencias. No existe nada que esté separado, todos somos parte del Todo. Lo verdaderamente fantástico, para muchos investigadores, es cómo hace nuestro sistema nervioso y nuestra mente racional para crear la ilusión de separatividad.
En nuestra vida cotidiana no captamos la infinitud de este inmenso mar de luz del que somos parte. Nuestros sentidos y nuestro cerebro lo "codifican" y crean esta "gran ilusión", como la llaman los orientales, a la cual llamamos "realidad". Cada ser viviente interpreta este océano de energía de la manera más conveniente para su supervivencia.
Por ejemplo, los animales carnívoros, que son depredadores, ven en matices de gris, para ellos no existen los colores. Esto les permite concentrarse en los movimientos de sus presas sin distraerse por la diversidad de tonos y colores. Un pájaro que se alimenta de frutas y cereales ve los colores con una intensidad diez veces superior a la que captamos nosotros, los humanos.
De esta forma pueden detectar sus alimentos aunque estén volando a una gran altura con enorme precisión. Un humilde mosquito es capaz de ver el espectro del infrarrojo, es decir, percibe el calor de nuestro cuerpo, por lo tanto, a pesar de que apaguemos la luz nos puede observar como si fuéramos arbolitos de Navidad gigantes.
Así podemos darnos cuenta que, aunque parezca increíble, la luminosidad y el color son creaciones el sistema nervioso, que codifica el campo de energía en el cual vivimos de la manera más eficaz para su supervivencia. Quizás convenga remarcarlo un poco más. Nada de lo que percibimos es tal como lo percibimos.
Sólo existe un universo de energía vibrando a distintas frecuencias. Nada está separado, somos una unidad con el todo. Uno de los antiguos símbolos de sabiduría era el de la serpiente que se muerde la cola formando un círculo. Con el avance del conocimiento humano en este campo ha pasado casi lo mismo, después de siglos y siglos la ciencia más moderna termina confirmando los principios esenciales de la metafísica establecidos miles de años atrás. La serpiente se muerde la cola..., todo está conectado.
Hemos establecido que es la mente la que crea la ilusión de separatividad. Cuando cambiamos el enfoque de nuestra mente, transformamos nuestra propia realidad. Si puedes entender esto, entonces tienes en tus manos el mecanismo central que hace que funcione el poder de la Ley de Atracción.
Nadie duda de que los pensamientos afectan en forma directa nuestro cuerpo. Los estudios que relacionan el estrés y los estados emocionales negativos ya suman cientos de miles, y esto ha sido firmemente establecido a lo largo de los últimos treinta años. De hecho, existe actualmente una nueva rama de la medicina que se denomina Psiconeuroinmunología, que estudia la interrelación entre las emociones, el sistema nervioso y el sistema inmunológico en la génesis de nuestras enfermedades.
Entonces, vemos cómo el principio básico de la Ley de Atracción opera en nuestro organismo. Los pensamientos crean resultados. Los pensamientos negativos crean resultados negativos. En este caso, enfermedad. Los pensamientos positivos crean resultados positivos. O sea, salud y vitalidad. Comprender esto no nos resulta difícil, ya que no nos sentimos separados de nuestro cuerpo, por lo tanto nos resulta bastante lógico a casi todos.
Sin embargo, cuando en Metafísica afirmamos que esto es similar en lo que se refiere a todo lo que te rodea, más de uno pone sus ojos hacia arriba mostrándose incrédulo. Ahora es cuando te pedimos que vuelvas a los conceptos establecidos al principio de este capítulo. Nada está separado de nada. Todo está conectado con todo.
Si puedes producir resultados concretos en tu cuerpo, también lo puedes hacer en todos los aspectos de tu vida. En todos. Salud, armonía emocional, prosperidad, personalidad, relaciones, pareja... todo está vinculado al tipo de pensamientos que hayas elaborado. ¿Absolutamente todos los pensamientos producen resultados en nuestra realidad cotidiana?.
En realidad sólo aquellos que son constantes, repetitivos y están establecidos en nosotros como creencias. Los que crean lo que llamamos "campos coherentes de pensamiento". Cuando una idea, o conjunto de ideas se cargan con sentimientos y se mantienen perseverantemente día a día, son capaces de "moldear" nuestra vida entera en todos los aspectos. Es simple, tal como responde nuestro cuerpo, de igual manera nos responde el Universo todo.
FUENTE: ALBERTO MARPEZ & MARISA CALLEGARI.